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Entre La Guajira y Paria, Venezuela
UN TIPO NORMAL CON UN TARBAJO NORMAL UNA VIDA NORMAL Y UNA LINEA DE PENSAMIENTO ANORMAL!!!!

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La Caricia


    En mi época de adolecente, cuando disfrutaba de mi experiencia como baterista y percusionista,tuve la oportunidad de compartir mis pocos conocimientos con personas que se interesaban en seguir el camino del pulso y la métrica rítmica. Algunas de ellas, al acercarse a conversar conmigo, casi siempre planteaban la misma pregunta en algún momento de la conversacion: "como puedo hacer para tocar así como tu?",y de esas constantes interrogantes, surgió de mi una frase bien significativa para el resto de mi vida, lo cual no supe si no años después: "la cuestión no es tocar, es saber tocar!"

    En su época, solo era una parábola sencilla que al ser reflexionada, liberaba la mente del alumno y le permitia llegar a la conclusión de que el tocar no solo era técnica, métrica, tempo ni compás, era tener en cuenta que existían cosas mas allá de lo aprendido, como la fuerza, la presión del toque, el sentimiento y la duración de cada nota, cosas estas que al ser entendidas dentro de su propio estilo,creaban el "felling" o sentimiento de cada una, pudiendo así ser reinterpretadas en una nueva frase: " la cuestión no es tocar, sino saber acariciar!".y aunque fui el autor de la frase original, solo puede entender su planteamiento real cuando "toque" en verdad a una mujer.

    Viene a mi mente la interpretación hecha sobre aquella chica, eramos jóvenes e inexpertos, mas sin embargo muy dispuestos a hacer "música", y como buen acolito de las féminas, comencé a tocar; sin ahondar en los detalles, puedo decir que puse todos mis conocimientos en practica, que no eran muchos, pero si los suficientes como para que la canción fuese tocada en su totalidad, llegando así a una muy hermosa y apasionada respuesta por parte del "instrumento" que conformaba el cuerpo de aquella chica.

    El tiempo pasa y el conocimiento se enriquece, los sentimientos maduran y el felling mejora, nunca creí que fuera posible, pero después de tantos instrumentos y músicas tocadas, la chica y yo, volvimos a cruzar nuestros caminos, y como se imaginan, el destino nos dio la oportunidad de ejecutar música nueva. fue una pieza excelente en un instrumento mas pulido por el tiempo y los anteriores ejecutantes, pero cuando la canción llego a su final, la chica me pidió que tocara esa bella canción cuando nos conocimos la primera vez, y así se hizo, busque en mi mente la "partitura" y comencé a tocar una vez mas. Toque y toque toda la noche, interpretando al pie de la sencilla partitura, cada nota, cada golpe, cada matiz y cada pausa; su cuerpo reacciono como era de esperarse, solo que esta vez sonaba de una manera totalmente diferente: mas sensible, mas profunda, mas resonante y suave a la vez, mas como un buen jazz y no como el rock pesado de otrora. luego de eso, la chica se volvió a ir de mi vida.

    Los días pasaron, la estaciones dieron otra vuelta, y en víspera de la fiesta de la cosecha, la volví a ver sentada en una fuente de soda, estaba sola saboreando un café cuando se percato de mi presencia, y con una sonrisa me invito a sentarme junto a ella, no sin antes darme un sabroso beso y un efusivo abrazo; ya no era la chica del pasado, era una mujer distinta, hermosa y feliz; toda una señora! charlamos durante horas de muchas cosas, y entre risas y recuerdos, sentí la sensacion inevitable de querer preguntarle sobre aquella noche cuando toque en ella nuestra canción, y cuando me disponía a abrir la boca, ella coloco uno de sus dedos sobre mis labios en señal de silencio y me dijo:

"ya se que quieres preguntar, siempre espere este día y ahora puedo decirte que esa noche, cuando tocastes en mi nuestra canción, aunque lo hicistes igual que siempre, mis reacciones fueron distintas por que tu felling ya no era el de la primera vez, allí tus caricias fueron dadas con tus manos, tus técnicas y tu experiencia, y en nuestro ultimo encuentro, mas allá de lo que creías, usastes no solo tu cuerpo entero, si no también tu alma, que atravesó todo mi ser como un estruendo, logrando que volara sin querer tocar tierra nunca mas; la vida te enseño a sentir mas que a "ejecutar" bien y ahora tu manera de acariciar hace que yo interprete la mas hermosa música cada vez que la evoco junto a ti y nadie mas, gracias a eso se quien fuistes, quien eres y quien seras en mi vida, siempre te espere, y aquí estas."

    Después de decir la ultima frase, con su mano señalo un pequeña carriola que estaba a su lado, donde dormía un hermoso bebe, y en voz muy baja, me dijo al oído: - ella es el producto de tus caricias, no solo en mi cuerpo, sino en mi corazón y en mi alma, se llama Melodía, y nos pertenece hasta que sea capaz de tocar sus propias partituras, como dijistes aquella vez: "la cuestión no es tocar, sino saber tocar" enseñale a Melodía tu ritmo, y haz con ella la mas hermosa música para que algún día pueda acariciar el alma de alguien mas-; en ese instante supe cual era mi destino.

    Las caricias son en definitiva una de las maneras mas sinceras y honestas de transmitir lo que a uno le fluye por el ser, y aunque use la percusión como ejemplo, siendo esta en teoría tan tosca, mecánica e incluso violenta, solo la sensibilidad del interprete, es la causante de que aunque ejecute siempre la técnica de forma correcta en el instrumento, siempre sonara de una forma única y distinta de la mano de todos y cada uno de los ejecutantes. Los seres humanos, según nuestro carácter, podemos ejecutar de maneras infinitamente diversas las mismas caricias, en otras personas, y según el sentimiento que le pongamos, ellas nos harán escuchar la melodía que se encuentra en nuestras almas.

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